Cutro clicks, versus...

Me permito postear traducido el segundo comentario de este video, el cual explica sintéticamente por qué no funciona el modelo que la industria del cine quiere imponer a fuerza de lobby.

Entonces lo que están diciendo es... Puedo ir a Google, hacer una búsqueda rápida, elegir una película, y luego verla en streaming sin ningún problema, nada de molestas propagandas antipiratería, ningún menú insufriblemente malo, nada de miles de trailers, nada...

O bien puedo ir caminando a un lugar que aún venda DVDs, pagar por el DVD en la vida real, caminar de regreso a casa, poner el DVD en un reproductor que pueda reproducirlo (felicitaciones por HDCP por cierto, impidiendo a clientes legítimos de reproducir su contenido y haciendo que los piratas hagan pis encima... buen trabajo), esperar a que pase todo tipo de cosas insalteables que ustedes, imbéciles, pusieron en el DVD y recién entonces ver la película en una calidad inferior que si la hubiera bajado.

Déjenme recapitular... ¿estoy obteniendo un mejor producto bajando una película gratis que si pagara por ella?

Saben, cuando la gente compra artículos falsificados de verdad, obtiene productos de menor calidad. Por ejemplo, una cartera Gucci falsificada va a ser de una calidad inferior a la de una cartera Gucci real, que es más cara. Entonces ¿por qué Gucci no hace tanto alboroto por la gente que hace esas carteras falsas? Porque Gucci se da cuenta que alguien que compra una cartera Gucci falsa no es su cliente. Yo personalmente no he comprado jamás un DVD para mí. ¿Por qué? Pienso que son un soporte ridículamente anacrónico. ¿Por qué habría de hacerlo? Compro toda mi música en formato digital, ¿por qué debería seguir usando DVDs?

Fíjense en iTunes. Un servicio de descarga de música enormemente popular que es muy, muy rentable para todos los involucrados. Miren a Spotify. Tuvo un impacto real en la piratería porque es mejor que la piratería. Lograron monetizarlo, ¿por qué no pueden entenderlo?

La gente no quiere robar su producto ni lo ven como un robo. Tan solo necesitan darles un incentivo para que la gente compre el producto. Es la era digital. Una era en la que pago diez libras al mes por acceder vía streaming a la biblioteca musical más grande del mundo, directamente desde mi celular. Una era en la que puedo estar sentado en un colectivo mirando videos filmados en la otra punta del mundo. Una era en la que la gente puede distribuir fácilmente su contenido alrededor del mundo, gratis. Y ustedes no pueden verlo. Claro que no.

Me entristece que la gente que lidera una industria tan importante sea tan estúpida.

—Kevin Norman

El mundo cambió. Pero algunos quieren que regresarnos al pasado, a fuerza de leyes.