Distorsión de la realidad
Publicado a las
3:31 a.m.
A cuento de la muerte de Néstor Kirchner descubro, para mi sorpresa, un fenómeno extraño sobre la sociedad argentina.
En el mundillo de la tecnología, se habla mucho del "Campo de Distorsión de la Realidad" de Steve Jobs (el fundador de Apple):
Básicamente, el Campo de Distorsión de la Realidad (CDR) es la idea de que Steve Jobs tiene la capacidad de convencerse a sí mismo y a otros de creer casi cualquier cosa utilizando una mezcla de encanto, carisma, fanfarroneo, exageración, márketing, sosiego e insistencia. Se dice que el RDF distorsiona la percepción de proporciones y escalas de dificultad de la audiencia y les hace creer que la tarea es posible.
A menudo el término es utilizado como un comentario peyorativo para criticar los productos de Apple y a sus fanáticos más entusiastas.
Para los que no saben de lo que hablo, les ejemplifico: Steve Jobs dice en sus presentaciones que Apple ha inventado las videollamadas en celulares con el iPhone 4 (ellos le dicen "FaceTime"). Dicha tecnología, sin embargo, es parte del estándar GSM 3G desde hace 10 años, y se puede utilizar en celulares desde hace, al menos, 6 o 7 años. A pesar de esto, Steve es capaz de mentir descaradamente, atribuyéndose inventos que no tiene, y la gente lo cree.
Este efecto no es propiedad exclusiva del fundador de Apple. Otros personajes en la historia han sido capaces de mentir consistentemente, y convencer a la gente de sus mentiras. La propaganda nazi se basaba en la idea de repetir consistentemente una mentira, hasta que se convirtiera en verdad. La novela 1984, escrita en 1949 por George Orwell, se sitúa en un país cuyo régimen tiene un control tan absoluto de la información, que es capaz de reescribir la historia continuamente, de forma tal que le permite acomodar la realidad a sus intereses.
El matrimonio de los Kirchner ha pasado gran parte de su gobierno mintiendo consistentemente, y eventualmente, aplicando soluciones análogas para sostener sus dichos, mediante la intervención del INDEC. Al intervenir la institución encargada de elaborar todos los índices, no es solo el famoso IPC (Indice de Precios al Consumidor, que generalmente se usa como barómetro de la inflación) el que se ve afectado, sino todas las cifras oficiales: si la inflación oficial es menor a la real, los salarios le ganan a la inflación, de forma que la población es más rica. De la misma forma, si la canasta oficial es más barata que la real, la pobreza oficial es menor a la real. Si se considera a una persona que trabajó al menos una hora la semana pasada como una persona empleada, el nivel de desempleo oficial es menor al real. Y si se comunican todos los datos oficiales sin posibilidad de contrastación, el discurso oficial se convierte, mágicamente, en la realidad.
Cualquiera diría que sólo la gente muy desconectada de la realidad, o muy poco educada, podría caer con semejante estratagema. Sin embargo, encuentro muchísimas personas, bien educadas ellas, que parecen haberse comido el discurso oficial, con paquete y todo.
Para peor de males, luego de la muerte de Néstor, veo a varios que no estaban de acuerdo, "distorsionando" la memoria de lo que fue y es su gobierno (ahora su legado), con una dosis de crítica –a mi juicio– excesivamente piadosa, motivada tal vez porque uno tiende a recordar sólo lo bueno de los que ya no están. Temo que todo esto genere, a la larga, un olvido de lo que realmente fue Néstor Kirchner.
Escribo este post luego de leer un artículo en el blog Mariano Rinaldi, que en mi opinión refleja un poco el efecto que comento. Una especie de memoria distorsionada por la propaganda, o conclusiones erróneas basadas en información parcial, no lo sé.
A continuación, les dejo aquello que iba a poner como comentario en su blog, pero que finalmente decidí ameritaba su propio post en formato "respuesta".
Disiento.
No me olvido de que antes cualquier crisis internacional nos dejaba culo para arriba. Hoy día casi ni nos enteramos de lo que está pasando en España, en Italia y en EE.UU.Si bien en principio puede parecer así, no es cierto. Argentina no tiene su economía blindada, ni mucho menos. No soy un especialista, pero no creo que deba existir ningún país mínimamente desarrollado que tenga su economía realmente blindada, ya que en la era de la globalización todas las economías del mundo dependen, en mayor o menor medida, de la economía global. En el caso de Argentina, nuestra economía depende principalmente del precio de los bienes primarios. Estos productos encuentran en este momento sus precios impulsados gracias a la creciente demanda de China, nuestro principal cliente. Si llegara a haber una crisis en China, o si ésta, por alguna razón, decidiera no comprarnos más, resultaría de un gran impacto económico en nuestro país. Ejemplo claro fue cuando recientemente Cristina decidió poner en práctica medidas antidumping con ciertos productos de origen chino, y ellos como contrapartida, nos impusieron restricciones con la compra de soja. Nos tienen agarrados por las pelotas.
(...) No me olvido de lo que significaban palabras como “deficit”. Y si bien la inflación nos ajusta en la Argentina de hoy, las cuentas están saneadas y hasta los gurúes del mercado pronostican crecimiento.
Que no hayamos sentido la crisis que sufre el mundo desarrollado, fue lisa y llanamente gracias a que en nuestro país prácticamente no existe un sistema financiero que hubiera podido verse afectado: en Argentina prácticamente no hay préstamos. Gracias a eso, ni nos enteramos de la crisis financiera internacional. Como contrapartida, encontramos que hoy más que nunca es más difícil para el argentino medio acceder a una vivienda propia. Como verás, no es completamente bueno estar fuera del sistema...
Como siempre pasa, termina siendo que en nuestro país la percepción del gobierno va de la mano de la economía: si la economía va bien, pueden hacer lo que quieran. Si la economía va mal, siempre estuvimos en contra.
El modelo económico actual (de autoría de Duhalde, quien parece haber pasado al olvido, habiendo asumiendo todo el costo político y sin haber cosechado los frutos que rindió), no es realmente sostenible en el tiempo. El modelo se basa en un dólar alto que permita tener los costos comparativamente bajos, generando empleo, sí, pero beneficiando principalmente a los grandes capitales, quienes se quedan con la mayor parte de la tajada (justo lo opuesto de lo que este gobierno dice que hace). Con las retenciones, el estado se logró hacer con un importante ingreso, gracias al cual pudo establecer una enorme red de subsidios sin control que van desde los servicios públicos, hasta el fútbol y la aerolínea estatal (con escándalos de corrupción incluídos).
Con la inflación alta y el dólar quieto, los precios internos crecen en dólares de tal forma que los costos internos se encarecen, acabando con la competitividad que es base del modelo, razón por la cual la UIA y el campo vienen pidiendo una devaluación. Esto, sin embargo, llevaría demasiado costo político, por lo que para cubrir la diferencia de caja, y a falta de acceso al crédito internacional, el gobierno tomó préstamos con Venezuela (el único que le quiso prestar), y cuando no pudo conseguir más, primero utilizó la plata de los jubilados y luego las reservas del Banco Central.
En otras palabras, el modelo no es realmente sostenible a largo plazo. ¿Qué van a hacer cuando ya no les quede de dónde sacar dinero para cubrir los baches financieros? Claramente, eso será un problema que le dejarán a la próxima administración.
No caigamos en el lugar común de victimizar al muerto. No olvidemos quién fue Néstor Kircher, y qué hizo en su vida. Este gobierno ha sido igual o más corrupto que el de Menem. Y fue culpable de, en lugar de resolver los problemas que ya teníamos, crear nuevos. Kirchner podría haber aprovechado esta oportunidad histórica para armar un modelo de país de verdad, como todos soñamos, y en lugar de ello se ocupó en armar una red de poder absoluto, que les permitió enriquecerse tanto a ellos como a sus "amigos". Y aún peor, utilizó una estrategia maquiavélica, encontrando "enemigos" donde no los había, creando una división entre los argentinos, donde todo el que no piensa como ellos es "gorila" o lacayo del Monopolio. Como si él no hubiera sido mejor amigo de Magnetto durante su presidencia, cuando firmó la autorización para la fusión con Multicanal, a cambio de una línea editorial funcional al kirchnerismo. Yo dejé de leer Clarín en 2005, cuando era casi tan asquerosamente obsecuente con el oficialismo como Página/12.
Sin negar que el gobierno de los Kirchner nos haya dejado algunas cosas positivas, creo que éstas han sido, en lugar de grandes victorias sociales, pequeñas conseciones utilizadas como cortina de humo para ocultar otras gravísimas cosas que hicieron. En especial, la manipulación de las cifras, que muy a lo 1984, le permiten al gobierno decir que la pobreza disminuye, cuando en realidad, factores de la vida real como el aumento de la población en las villas indicaría lo contrario.
Todo esto me recuerda un poco a este viejo conocido:
"El puede no haber hecho todo, pero que hizo mucho nadie puede negarlo". Me suena a la misma idea, salvo que ahora ni siquiera necesitan hacer un jingle para que la gente se lo crea. Han explotado tan bien la mentira y las debilidades ideológicas de la izquierda (que siempre estuvo bien vista a pesar de que nunca junte el 10% de los votos), que se los han metido a todos en el bolsillo con propaganda, discurso, y un par de migajas políticas. Pero los verdaderos progresos, los verdaderos cambios que el país necesita, aún están en veremos.
Yo me imaginaba ya dentro de 10 años, cuando miráramos hacia atrás en el poskirchnerismo, que el gobierno achacaría todos los máles a la "infame década del '10", de la misma forma que los Kirchner achacaron todos los males a la de los '90.
Ahora, con Néstor muerto, tengo miedo de un nuevo Perón. Tengamos memoria.