Miedo a volar
Después de mi sacudido vuelo Buenos Aires - París, mi primer vuelo de más de 8 hs, descubrí que volar me da un poco de cagaso. Para confrontarlo, trato de pensar en la fría física que explica cómo semejante mamotreto puede volar a 10 mil metros de altura. Eso de cierta manera me reconforta, al menos temporalmente. Pero cada vez que el avión se sacude verticalmente y tienen que interrumpir el servicio por las turbulencias, toda la lógica se va al tacho y se ve reemplazada por palpitaciones y sudor frío.
Creo que la mayor parte del miedo no es, precisamente, a morir, sino los fatídicos segundos (probablemente más de 30) de caída libre, altamente consciente gracias a la adrenalina, hasta el fatídico instante en que la desaceleración instantánea o el aplastamiento hagan sus estragos sobre nuestro débil cuerpecito humano (morboso yo?).
Obviamente existen otras posibilidades, como una explosión instantánea, provocada por algún desperfecto mecánico o por una precisa colisión en el aire (una colisión imprecisa seguramente terminaría en el temido caso 1, caída libre).
Estos miedos generalmente no existen tanto en viajes en autobús o en tren, porque una colisión es un hecho instantáneo, que seguramente no te dará tiempo a ver venir a la parca. Esto confirmaría que no se trata de miedo a morir, sino miedo a sufrir sabiendo que no la vas a contar.
Todo esto venía a cuento de un artículo del diario español El País reproducido por La Nación, que habla sobre la gente que tiene miedo a volar. El artículo no es gran cosa, pero me quedo con el comentario de uno de los lectores:
Volé regularmente durante años, sin miedo. El problema, empezó cuando me decidí a aprender a volar y obtuve mi licencia de piloto. Ahí empecé a ver las chambonadas que hacen estos héroes en la cabina. Ahora, con más de 500 horas de vuelo en mi historial; mitigo mi miedo a volar razonando que el avión lo manejan un par de narcisistas Belerofónticos que tampoco quieren morir.
3 comentarios:
Quedate tranquilo, cuando el avion se despresurice a esa altura, ni te vas a dar cuenta que te moriste!
El cambio de presión atmosférica repentina a esa altura te hará perder la conciencia y no te daras cuenta mientras tu cuerpo se quema, estalla o aplasta.
Prefiero mil veces viajar en avión, hay mucho menos probabilidad de accidentes que en autobús, así lo afirman las estadísticas
solo me queda por decir...
"sos un cagon"
sirve a muchos niveles
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